Tuesday, September 18, 2007
EL MOVIMIENTO PARA LA RESTAURACIÓN DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS Movement for the Restoration of the Ten Commandments of God
El Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos (MPRDDM), surgió en 1978 como una versión más de los grupos carismáticos que reclaman tener visiones de la Virgen María y eventualmente se convirtió en una escisión de la Iglesia Católica Romana de Uganda. Sus líderes más visibles eran Credonia Mwerinde, el sacerdote Dominic Kataribaabo y Joseph Kibwetere. Teológicamente, el grupo, que llegó a reclamar tener cinco mil miembros, tenía una fuerte identificación con las tradiciones místicas y ascéticas del catolicismo histórico. Asimismo incorporaba elementos sincréticos propios de la cultura y mitos populares de Uganda. Entre los signos más evidentes del ascetismo están las prácticas cotidianas a que se sujetaban los miembros del movimiento: una sola comida al día, largas jornadas de trabajo, abstinencia sexual absoluta, privación del sueño y prohibiciones para hablar, comunicándose por períodos sólo a través de signos manuales. Obtener la membresía en el movimiento para La Restauración de los Diez Mandamientos implicaba renunciar a las comodidades terrenales y donar el dinero a los líderes. Los lideres de esta secta lograron convenser a la gente de un suicidio masivo, Con motivo del advenimiento del año dos mil, los líderes del MPRDDM hicieron una predicción. El mundo acabaría el 31 de diciembre de 1999. Al no cumplirse esto, se fijó como nueva fecha el 17 de marzo del año 2000 pero en esta ocasión se le dio un nuevo giro a la predicción: no se trataría del fin del mundo solamente, sino que la Virgen misma descendería al encuentro de los fieles del MPRDDM para llevarlos de su templo al cielo, como recompensa por haber seguido sus instrucciones dictadas a los videntes. La tarde del 17 de marzo alrededor de 530 miembros provenientes de distintas regiones de Uganda, incluidos al menos 78 niños, se dieron cita en el templo principal de la organización y cerraron con tablas las ventanas y las puertas desde adentro. Después de algunas horas de cantar himnos religiosos, los vecinos escucharon un fuerte ruido y se percataron de que salían llamas del templo. Todos murieron en el interior en pocos minutos.
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